El 21 de febrero conversamos con Guzmán Ibarra, analista político, sobre los principales hallazgos de su estudio diagnóstico Financiamiento Político en Paraguay. Detalló que el documento está basado en las últimas elecciones municipales de octubre 2021, con entrevistas a candidatos y autoridades electas de Asunción, Central y ciudades del interior.
Ibarra señaló que se pudo identificar complicaciones en el marco normativo, a pesar de los avances realizados para regular el financiamiento político. Existe un aumento sostenido del gasto de campañas electorales. El propio sistema electoral genera el incentivo para que cada vez se gaste más. Toda la logística electoral (organización de mesa, miembros de mesa, etc.) está a cargo de los partidos políticos y eso le genera un costo adicional. Además el voto preferente multiplicó los equipos de campaña: cada candidato tiene su propio PC con su dinámica de campaña.
Recordó que la Justicia Electoral da un subsidio a los partidos políticos por la cantidad de votos, por lo que el subsidio es entregado posterior a las elecciones. Los partidos para poder financiar legalmente las campañas, necesitan sacar un préstamo, bonos, etc. Deben recurrir al sector privado para poder financiar sus campañas. El sistema actual incentiva a los partidos a buscar los fondos, que muchas veces pueden no ser limpios.
Mencionó que en el debate del financiamiento político se habla mucho de ciertos temas que son muy críticos pero que exceden el ámbito del sistema electoral y el sistema de partidos, como el crimen organizado y el narcotráfico. Hay un punto en que se interceptan con la política, pero no se puede resolver el problema del narcotráfico desde el marco regulatorio de financiamiento político.
La normativa del financiamiento político busca que se declaren todos los ingresos, los gastos y que candidatos y movimientos presenten toda su rendición de cuentas. Pero si el 60% de nuestra economía es informal, y si se traslada ese 60% al mercado político, a las campañas electorales, como mínimo solo 40% van a tener facturas, cuentas bancarias; y ni siquiera llega a ese porcentaje – reflexionó.
Ibarra señaló que otra cuestión importante indagar sobre el financiamiento político es, cuánto se gasta y en qué se gasta. Los partidos grandes empiezan gastando desde mucho antes, el gran gasto son las internas. Más del 50% de la inversión del presupuesto de los candidatos se gasta en el día de las elecciones, lo cual nos debería sugerir qué tipos de gastos es lo que se hace.
Por otra parte, las mujeres que quieran participar en política tienen una serie de obstáculos previos a hacer la actividad política, que son los gastos de cuidado. Si una mujer quiere salir de la casa y hacer actividad política, tiene que financiar ese gasto contratando a la vecina, una empleada, etc.; y esto nunca entra dentro de los costos de financiamiento político. Son costos que constituyen obstáculos para las mujeres. En este sentido señaló que en el caso de los hombres, para acceder a recursos financieros tienen su financista o pueden ir a pedir. Para las mujeres el presupuesto de campaña, o son sus recursos de su propio trabajo, o son sus préstamos, o sus redes familiares.