La justicia tributaria (o equidad tributaria) es una condición clave para el adecuado desarrollo social y económico. Hablar de justicia tributaria implica que cada persona y que cada sector de la economía abone impuestos de acuerdo a sus posibilidades, es decir de acuerdo a su capacidad contributiva. En otras palabras, que quienes ganan más abonen un mayor monto en concepto en impuestos. Entonces, por un lado, a la justicia tributaria es fundamental visualizarla como un fin en sí mismo, lo cual significa que cada persona y que cada sector de la economía abone impuestos según sus posibilidades.
En el caso de Paraguay, se precisa de un mejoramiento del sistema tributario desde una mirada de equidad. Si esto se logra, habrá una mayor recaudación de impuestos. Como prioridad, el Estado paraguayo debe destinar los ingresos tributarios adicionales a la inversión social, es decir a financiar acciones (políticas, planes, programas, proyectos) orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de la población. Desde este aspecto, la justicia tributaria es un medio: si quienes ganan más abonan mayores montos en impuestos, habrá mayores recursos. Y ellos deben destinarse a la inversión social. ¿Por qué? Porque Paraguay sigue teniendo índices elevados de pobreza, vulnerabilidad y desigualdad.
