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La desigualdad del Paraguay aumentó, según Cepal

By 30 enero, 2017abril 23rd, 2020No Comments

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su informe titulado: “Panorama económico y social de la comunidad de estados latinoamericanos y caribeños 2016”, indica que el Paraguay fue uno de los pocos países en la región que aumentó sus niveles de desigualdad del 2010 al 2014.

INFORME

Según el documento, la desigualdad en la distribu­ción de ingreso en América Latina, al igual que la po­breza, se mantuvo estable en el año 2014. Sin embar­go, al comparar las últimas cifras disponibles con las de inicios de la presente década, se constata una reducción un poco más sig­nificativa de los índices que miden la desigualdad. En el año 2010, el coeficiente de Gini de la región fue de 0,507, mientras que en el 2014 fue de 0,491.

A pesar de que la desigual­dad de la región se redujo del 2010 al 2014, el Para­guay fue uno de los únicos tres países que registró un incremento del indicador, junto a Costa Rica y Vene­zuela.

Escandalosa brecha entre ricos y pobres

RESULTADOS

Por medio de la base de datos de la Cepal se puede afirmar que la desigualdad en Paraguay aumentó leve­mente al registrar un coefi­ciente de Gini de 0,536 en el 2014, luego de alcanzar 0,533 en el 2010. Si bien la variación del indicador fue pequeña, llama la atención el hecho de que la desigual­dad del país sea una de las únicas tres de la región que aumentaron, además, otro factor que no hay que dejar de lado, es que según la Cepal el Paraguay fue el segundo país de América del sur con mayores niveles de desigualdad en el 2014, siguiendo a Brasil.

En cuanto a la desigualdad rural, los datos de la Cepal presentan un panorama peor, ya que posicionan al país como el que registró el coeficiente de Gini más elevado de toda la región, alcanzando el 0,600.

La Cepal registra datos de desigualdad del Paraguay hasta el año 2014, pero se­gún datos de la Dirección General de Estadística, En­cuestas y Censos (DGEEC), el indicador en el año 2015 volvió a disminuir. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los datos de la Cepal y de la DGEEC dis­tan mucho de ser iguales, ya que según la institución paraguaya, el coeficiente de Gini del país para los años 2010 y 2014 fue de 0,458 y de 0,459, respectivamente.

FALTA EDUCACIÓN

En la región más desigual del mundo, Paraguay es uno de los países con mayores niveles de desigualdad. Con el fin de encontrar el ori­gen de este problema que afecta al bienestar de la población paraguaya, el diario 5días se comunicó con el economista Amíl­car Ferreira. El econo­mista opinó: ‘‘El Paraguay tiene uno de los niveles de desigualdad más altos de la región y yo creo que esto se debe básicamente al enorme retraso que el país acumuló en mate­ria educativa. Durante el período de la dictadura se abandonó la educación y en el período democrá­tico no se hizo un traba­jo muy bueno que pueda reformar la educación en el Paraguay, por lo que un porcentaje demasiado alto de la población tiene un nivel educativo muy bajo, lo que les impide integrarse de una manera más eficiente a la econo­mía”.

Ferreira agregó que en el contexto actual práctica­mente todos los trabajos implican un determinado nivel de conocimiento, lo que no permite salir de la pobreza a la población con menores niveles de educación.

“Paraguay es de los paí­ses donde más cuesta conseguir recursos hu­manos altamente cali­ficados. Es tan escasa la mano de obra calificada que a veces las empresas se ven obligadas a contra­tar a extranjeros para cu­brir sus cargos gerencia­les”, mencionó Ferreira.

CONTRADICCIÓN

En el Paraguay se da una contradicción, ya que el país creció en el 2016 a los niveles más elevados de la región, pero al mismo tiempo regis­tra uno de los mayores nive­les de desigualdad.

Diversos estudios señalan que existe una relación entre la desigualdad que presenta un país y sus indicadores de bienestar social. Una ma­yor desigualdad suele venir acompañada de mayor anal­fabetismo y menor acceso a la salud, lo que significa que la distribución de ingresos tiene repercusiones sobre la calidad de vida de un país. Es por esto que la desigual­dad limita la precisión de otros indicadores, como el PIB per cápita, para medir el bienestar de la población. Aunque el PIB se expanda, la desigualdad y el crecimiento de los sectores con menores niveles de participación de la población económicamente activa impiden que los resul­tados puedan ser percibidos por la mayoría de los para­guayos.

Fuente: José Meyer para el diario 5 Días

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